Las Cinco Divisiones del Yoga

FUENTE http://alcione.cl

Hatha Yoga.- Cuerpo Físico
Jnana Yoga.- Intelecto
Bhakti Yoga.- Emoción Religiosa
Karma Yoga.- Acción
Raja Yoga.- Consciencia

El propósito de todas las formas de yoga es liberarse del ego personal, la fuente de nuestros sufrimientos y nuestras ilusiones. El yoga subyace en las prácticas espirituales de todas las grandes religiones del mundo. Hay yoga hindú, yoga budista, yoga cristiano, yoga islámico y yoga taoísta. Hay también formas de yoga totalmente independientes de cualquier religión. Las variadas formas de yoga son todas manifestaciones de tres instintos básicos en el hombre, que se muestran como las tres voluntades superiores: la voluntad de poder, la voluntad de significado y la voluntad de autotranscendencia. Mediante el yoga la persona aprende como entrenar estas voluntades y como usar sus poderes para alcanzar la liberación.
Las técnicas de las diferentes formas de yoga se relacionan con las divisiones naturales de la existencia del hombre. Consideraremos estas formas separadamente.
El Hatha Yoga ayuda al practicante a obtener pleno control sobre las funciones de su cuerpo físico. En el hombre no entrenado, la mente consciente sabe muy poco de lo que pasa por debajo del nivel de la consciencia. La mente consciente es como la punta de un iceberg, del cual nueve décimos están sumergidos y fuera de alcance. Nuestro cuerpo es un misterio. No sabemos prácticamente nada de lo que sucede en él y no tenemos control sobre nuestros propios funcionamientos internos. Todo lo que sabemos es que nuestro humor y nuestras sensaciones cambian. Podemos sentirnos felices o miserables por razones que no podemos discernir. Todos estos cambios de humor se deben a procesos que tienen lugar bajo la superficie, pero no tenemos control sobre ellos, y hasta ahora están a merced de nuestra química interna. Si algo va mal con nuestro hígado, toda nuestra manera de mirar al exterior cambia.
Un estudiante de Hatha Yoga aprende gradualmente a comprender lo que pasa bajo la superficie. Aprende conscientemente a percibir y controlar muchos procesos que comúnmente están fuera de alcance. Llega a ser el maestro de su cuerpo, en lugar de ser su esclavo. Esta maestría sobre el cuerpo confiere al Hatha yogi poderes que parecen extraordinarios. Los miembros de una expedición a los Himalayas se admiraron de encontrar a un peregrino nepalés livianamente vestido y descalzo, viviendo en aparente comodidad en medio de la nieve. Sometieron al pobre tipo a una batería completa de pruebas científicas, esperando descubrir el secreto de su extraordinaria resistencia al frío. Por supuesto, no descubrieron nada. El secreto era el Hatha Yoga.
Las ciencia occidental, la cual está muy atrasada en ciertos aspectos, sólo recientemente ha descubierto que las ratas pueden ser entrenadas para controlar ciertas funciones autónomas y que inclusive el hombre, el que en ciertos aspectos no es tan listo como las ratas, puede ser entrenado en forma similar. Los científicos, por supuesto, usan baterías de electrodos para producir lo que ellos llaman retroalimentación autónoma. Con estas ayudas más o menos elaboradas, la gente puede aprender a controlar el ritmo del corazón, la acidez estomacal y otros fenómenos físicos que los Hatha yogis han sabido controlar durante siglos.
Uno de los principales beneficios conferidos por el Hatha Yoga es una condición que puede ser descrita como “supersalud”. El Hatha yogi prácticamente nunca se enferma. Sus funciones están armonizadas y él sabe como mantenerlas armonizadas. La práctica constante de ciertos ejercicios básicos de Hatha Yoga es la mejor receta que existe para la perfecta salud. Desafortunadamente para el hombre moderno, que es muy perezoso y que confía en las máquinas para que hagan los esfuerzos por él, los ejercicios son difíciles de dominar y deben ser hechos con infalible regularidad para que tengan efecto. Esta es la verdad en todos los ejercicios de yoga.
Jnana Yoga es el yoga del intelecto. Desde el punto de vista del Jnana Yoga, lo que el hombre llama su mente es poco más que un instrumento para la creación de ilusiones. Antes de que una persona pueda siquiera comenzar a aproximarse a la realidad, debe aprender a silenciar su mente inferior, a detener el interminable flujo de pensamientos asociativos, las conversaciones internas, las imaginaciones, los sueños y chácharas que lo mantienen en perpetuo estado de ruido interior. En orden a “pensar”, en realidad, debe primero aprender a detener sus pensamientos.
Este ejercicio de detener los pensamientos es tan fundamental que sería un error considerarlo sólo un aspecto del Jnana Yoga. Es básico para todas las formas de yoga. Lo que el Jnana Yoga enseña es que el hombre, además de tener una mente inferior, que crea ilusiones, tiene también una mente superior, la que es llamada en sánscrito “Buddhi”. Es una facultad que el hombre habitualmente no usa, la cual lo capacitará para penetrar el velo de Maya creado por la mente inferior.
Una de las primeras cosas que un estudiante de Jnana Yoga aprende es una profunda desconfianza en las palabras y en el pensamiento verbalizado. La mente inferior, que es una pieza de ingeniería horriblemente ineficiente, tiende a ser hipnotizada completamente por las palabras. Algunos de los más desastrosos conflictos en las historia de la humanidad han resultado de esta hipnosis verbal. Guerras entre los fieles y los infieles, los ortodoxos y los herejes, los comunistas y los fascistas, fueron todas disputas por las palabras. Una y otra vez, culturas enteras han sido arruinadas a causa de oscuros argumentos teológicos definidos en palabras que ni uno ni otro bando podrían entender. La tendencia de la mente inferior a hipnotizarse con las palabras, junto a su extrema credulidad y sugestionabilidad, son los más desastrosos defectos de las máquina humana. Habiendo aprendido a detener el pensamiento verbal, el estudiante de Jnana Yoga aprende a continuación a usar instrumentos totalmente diferentes para pensar. Estos instrumentos toman las forma de ciertos cuadros o diagramas. En sánscrito son llamado “yantras”, y en magia transcendental se les llama “arcanos”. Un mandala, por ejemplo, es un diagrama de ese tipo. Hay muchos otros, como el Gran Arcano del Tarot. Este contiene una gran cantidad de información, aunque las cartas no están completas en sí mismas. Una de las pesquisas de los estudiantes de magia transcendental era encontrar el Arcano Universal, el símbolo supremo que daría al mago poder y conocimiento. Se supone que en el anillo del Rey Salomón estaba escrito este gran símbolo, pero el anillo se perdió y con él el gran símbolo. En todo caso, el Jnana Yoga enseña al hombre a pensar en categorías totalmente nuevas.
El Bhakti Yoga es el yoga de la emoción religiosa. Para cierta gente, ella es una fuerza muy poderosa. Como la mayoría de las fuerzas poderosas, la emoción religiosa puede actuar creativa o destructivamente. Algunas de las más repugnantes manifestaciones de crueldad humana han resultado de una combinación de emoción religiosa destructiva con la hipnosis verbal de la mente inferior. Los seguidores de tres grandes religiones: Cristianismo, Islamismo y Judaísmo, siempre han sido especialmente inclinados a esta enfermedad. Se han derramado océanos de sangre en el nombre de estas religiones. Los cristianos degollaron musulmanes y los musulmanes mataron cristianos, para no mencionar hindúes ni budistas. Ambos hicieron matanzas de judíos, quienes ciertamente también los habrían matado a ellos, si hubieran estado mejor armados y organizados.
Toda esta destrucción resultó del hecho de que los seguidores de estas religiones usaban diferentes nombres para denominar a Dios, y tenían diferentes teorías acerca de sus atributos, teorías que ninguno de ellos podría comprobar y que eran igualmente erróneas. La función del Bhakti Yoga es enseñar al practicante a ir más allá de las teorías y a ver a Dios en todas las cosas. Sobre todo el Bhakti Yoga entrena al hombre para transmutar sus emociones negativas. El Sermón de la Montaña es un tratado sobre Bhakti Yoga. Es una forma de yoga muy difícil. La gente no quiere renunciar a sus emociones negativas. Son indulgentes hacia ellas y las justifican. Y muchos aspectos de nuestra cultura actual alientan esta indulgencia al inundarnos con interminables historias de violencia y crimen que los jóvenes absorben ansiosamente, antes incluso de saber hablar.
El Karma Yoga es el yoga de la acción, Se aplica especialmente a la tercera etapa de la vida, la etapa del dueño de casa. Durante esta etapa, el hombre y la mujer se ven necesariamente envueltos en gran actividad. Como resultado de ello, tienden a perder de vista sus aspiraciones internas para estar totalmente preocupados por las externas, a menudo bastante mezquinas. El Karma Yoga enseña a sus practicantes como permanecer desapegados en medio de las actividad. Enseña que todo pasa en concordancia con ciertas leyes, y que el hombre tiene muy poco control sobre los acontecimientos porque comprende muy poco de estas leyes. El estudiante es enseñado a observarse a sí mismo como un vehículo a través del cual operan ciertas fuerzas. A menos que esté alerta, no tiene control sobre estas fuerzas. Ellas lo impulsarán a hacer ciertas cosas incluso contra su voluntad. Comienza a darse cuenta de que es un muy pequeño engranaje en una máquina muy grande y que, si quiere evitar ser triturado, debe estar atento a lo que está haciendo. Además el Karma Yoga está basado en una paradoja. Al mismo tiempo que dice ” Sólo aquel que está cegado por el egoísmo piensa: Yo soy el hacedor”, también exige que una persona se haga responsable por sus actos, que sepa lo que hace y porqué.
Finalmente está el Raja Yoga. El nombre implica que es el rey de los yogas. Desde algunos puntos de vista lo es. El Raja Yoga enseña que hay dos aspectos en la existencia del hombre, el pequeño yo personal o “jiva” y el Gran Yo o “Atman”. En el estado habitual de consciencia del hombre, el mezquino yo personal es todo lo que conoce. Se identifica con él completamente. Sus temores, anhelos, gustos, disgustos y ambiciones gobiernan el curso de su vida. El Raja Yoga enseña que este atado de prejuicios personales no son el Ser para nada.
Enseña al estudiante a ver su vida como una ola que nace, se desarrolla, alcanza su punto más alto,
cae, se arrastra por la playa, vuelve al océano y desaparece. Todas las olas vuelven al océano desde donde vinieron. Sería absurdo para una ola pensar que ella tiene una identidad separada. El océano es vasto y eterno, las olas son pequeñas y transitorias. Está dentro de la capacidad del hombre el elegir si transciende su mezquina consciencia personal para volver a mezclarse con el Gran Todo desde donde esa consciencia separada emergió. Haciendo esto, regresa intencionadamente a la fuente y toma parte en la espiral ascendente del proceso cósmico. Pero, para eso el hombre debe ver que tanto su consciencia inferior como su ordinario sentido del yo, son ilusorios. Debe ver cómo depende de la biósfera que lo rodea y cómo un intercambio de energías hace posible su vida. Comer, respirar y recibir impresiones comienza a tener un nuevo significado para él.
El Raja Yoga es especialmente apropiado para la gente que está en la cuarta etapa de su vida. Prepara al hombre para enfrentar su muerte. Quien ha dominado completamente las técnicas de Raja Yoga puede dejar su cuerpo físico a voluntad. Hace ésto al entrar al estado de “samadhi” que es el equivalente al primer estado después de la muerte, la experiencia de la Clara Luz del Vacío. Desde este estado puede volver al cuerpo físico o simplemente dejarlo caer como quien tira una raída vestidura.
Robert S. De Ropp
Traducido y extractado por Farid Azael de
On the Way to Self Knowledge
editado por Jacob Needleman and Dennis Lewis.
Alfred A. Knopf.- New York.

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