5 trampas del ego que sabotean tu crecimiento espiritual

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Cada día, cientos de personas buscan acercarse a una práctica espiritual que les permita elevar su conciencia y lograr conectar con su verdadero ser. Esta búsqueda espiritual puede iniciar en cualquier momento de la vida y por muchísimas razones distintas pero siempre traerá consigo un cambio de paradigma en nuestras vidas que, a la larga, nos hará sentir mucho más libres y en paz.
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Sin embargo, a medida que avanzamos en el camino espiritual, es normal que aparezcan los tropiezos, incluso las caídas, y es nuestra labor aprender a enfrentarlas y superarlas para continuar con nuestro proceso de crecimiento. Estos son los 5 errores o sabotajes cometidos por la mayoría de las personas que comienzan a iniciarse en las disciplinas espirituales:
1. Ser condescendiente. Algunas personas, incluso sin notarlo, comienzan a tratar al resto como si ellos fueran alguna especie de iluminados, simplemente porque su práctica espiritual les ha permitido conectar con áreas de sí mismos que desconocían. Si, por ejemplo, has comenzado a meditar y te sientes muy bien, evita convertirte en un apostol de la meditación. Puesde hablar de sus beneficios sin tratar al resto como si sólo tú poseyeras la verdad.
2. Usar la espiritualidad para evitar hacerte responsable por tus decisiones. Decir, por ejemplo, que "todo pasa por algo" o que las cosas son justo como deberían ser porque el universo ya es perfecto, son dos discursos muy comunes de las personas que se consideran a sí mismas espirituales pero hay que tener cuidado y saber distinguir cuando estamos aceptando el presente y cuando sólo estamos evitando tomar responsabilidad (y acción) en ciertas cosas de nuestras vidas.
3. Juzgar a los demás o forzarte a empatizar con ellos. No es obligatorio que todas las personas te caigan bien o que de inmediato sientas una conexión con ellas pero eso tampoco te da derecho a juzgarlas o a intentar aleccionarlas. Así como tampoco es obligatorio (ni posible) lograr comprender los motivos de toda la gente que te rodea, las personas no están obligadas a compartir tu visión del mundo, ni siquiera aunque creas que lo haces por su bien. Ni los prejuicios ni la empatía forzada le hacen bien a tu crecimiento espiritual.
4. Usar tu desarrollo espiritual como pretexto para consumir drogas. Es cierto que existen ciertas sustancias, como el jícuri o la ayahuasca que, cuando se consumen correctamente, dentro de una ceremonia específicamente planeada para ello, pueden llegar a propiciarte un estado de comunición y crecimiento espiritual muy poderoso. Sin embargo, estas ceremonias no se realizan más de dos o tres veces al año (no cada fin de semana) y requieren purificarse físicamente (no carne ni alcohol, por ejemplo) antes de participar en una. La espiritualidad no es pretexto para drogarse.
5. Volverte dogmático. Una de las peores trampas de las búsquedas espirituales es que muchas veces las personas las adoptan como un mandato que además intentan imponer en los demas. Rechazan todo lo mundano y creen que entre más "puro" sea su entorno más avanzarán en su desarrollo espiritual. Cuando en realidad es todo lo contrario, la espiritualidad también se nutre de los errores y las contradicciones. No es un dogma.

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