Repaso al proceso de desprogramación y eliminando la rutina de reticencia a aceptar cosas nuevas
davidtopi.com
El
trabajo de desprogramación que estamos intentando explicar desde hace
algunos artículos es mucho más simple de lo que estamos entendiendo que
es. Vamos a partir de cero, para desarrollar porque funciona, cómo
funciona y la falta de necesidad de ejecutar ningún tipo de ritual
personal o lo que sea para ello.
Conectando con nuestro Yo Superior
Volvemos
a la casilla de inicio. Todos nosotros somos seres multidimensionales,
no somos nuestro cuerpo, ni nuestra personalidad. Nos identificamos con
esta última, y cuando hablamos de otras partes de nosotros mismos las
ponemos en tercera persona, y está bien que así sea, es una forma de
entendernos, pero es solo terminología.
Imaginaros
una goma elástica, la estiramos todo lo que podemos, enganchamos la
parte inferior al suelo, y mantenemos la parte superior una distancia
por encima de este. ¿Hay diferencia entre las partes de la goma elástica
porque un trozo esté tocando el suelo físico y otro trozo se encuentre
en suspensión en el aire? No la hay, así que, muy a groso modo, cuando
trabajamos con nosotros mismos, estamos trabajando con esa parte de la
goma elástica, la estructura multidimensional que nos forma, para que,
la parte en suspensión, la parte “alta”, ayude a la parte “baja”.
Analogía aparte, esto quiere decir que cuando decimos “pedir al ser o al Yo Superior que desprograme algo“,
solo hay que hacer eso, pedirlo. No hay que hacer una meditación, no
hay que poner velas, no hay que poner música y vestirse con colores de
ningún tipo. Es una única petición consciente, focalizada, concentrada,
desde la personalidad (la parte baja de la goma elástica), hacia el ser,
Yo Superior, la parte ”divina” y elevada de nosotros mismos (la parte
alta de la misma goma). No hay un segundo de nuestras vidas y
existencias donde nuestro ser no esté atento a lo que nuestra
personalidad hace, vive, experimenta o solicita, pero hay unas reglas
del juego evolutivo, que indican que no se puede violar el libre
albedrío, ni siquiera entre partes de uno mismo. Esto significa que si
no se solicita conscientemente a nuestro ser que nos ayude con algo, no
se produce esa ayuda, al menos no directamente. En este caso, puesto que
nuestra personalidad ha obtenido el conocimiento de lo que puede
solicitar, por medio de los artículos anteriores, y que es aquello que
nuestro ser desea y está listo para desprogramar en nosotros sin
peligro, solo con la petición de hacerlo, ya se ejecuta esa
desprogramación.
Espero que con esto se comprenda cómo funciona el proceso para futuros artículos, y todos podáis trabajar con ello.
Eliminando los bloqueos a aceptar nuevas cosas
Entonces,
dicho esto, vamos a seguir con la desprogramación de cosas que están
presentes en todos nosotros, y que a todos nos viene bien eliminar. Solo
publicamos aquello que es más común para todos los seres humanos, pues
las programaciones individuales y personalizadas que cada uno haya
recibido por medio de sus vivencias, experiencias y demás se han de
averiguar, trabajar y eliminar individualmente.
La
siguiente rutina o programa que nos va a ayudar de nuevo a soltar algo
de carga de nuestra psique es la rutina que vamos a llamar de “reticencia a dejar entrar nuevas ideas que choquen con lo establecido y programado en nosotros.” ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que todos tenemos un paradigma base con una programación más o menos estándar
y una serie de creencias imbuidas solo por el hecho de tomar cuerpo
físico en cada encarnación, ya que, al nacer, y al conectarnos al
inconsciente colectivo, se descargan automáticamente todas esas
programaciones y arquetipos que nos han de colorear, según la zona del
mundo donde vivimos, cómo vemos la vida y cómo decodificamos la realidad
común, para luego reforzar su estado con la proyección de nuestra
realidad individual en base a esa programación.
Una rutina repartida en varias esferas
Así,
hay instalados en diferentes esferas mentales, principalmente la
inconsciente, la subconsciente y la consciente, los tres niveles de la
psique que rigen la creación de la realidad de forma más directa en el
plano físico, varios programas que, unidos, forman una sola “rutina”
(conjunto de instrucciones) y que, por mucho que le digamos a Fulanito
que la hierba es verde, si Fulanito tiene este programa activo, y le han
programado que la hierba es rosa con topos azules, no aceptará nunca
aquello que le llegue y contradiga su programación.
Entonces, la rutina de “reticencia a aceptar ideas o conceptos nuevos”
está protegida de nuevo por cuatro programas de protección de
arquetipos, así que primero, hemos de hacer la petición consciente a
nuestro Yo Superior de que elimine estos cuatro programas de protección,
no es necesario saber que son ni donde están, porque estás dando
indicaciones precisas al indicar que son los que protegen la rutina
anterior.
Una vez estáis seguros de que ya no
están, con cualquier herramienta o medio que tengáis (sugería por
ejemplo que pidáis una sincronicidad en vuestra realidad para aquellos
que no tengáis otras herramientas de comprobación a mano), entonces
solicitamos que se elimine la rutina que genera resistencias a aceptar
información nueva.
Información protegida, no datos inservibles
Ojo,
con información nueva, aquí no me estoy refiriendo a que entre
información sobre el número de habitantes que hay en la ciudad tal, que
puede ser información nueva y no conocida para vosotros, pero no es lo
que se filtra con esta rutina, pues, de nuevo, estamos hablando de
información sobre el sistema de control, información sobre el
funcionamiento de la realidad, información sobre quiénes somos y cómo
estamos hechos, etc.
Este tipo de información es
la que esta rutina filtra y borra, dirige a lugares de la mente donde se
almacena temporalmente, y si no ha “calado” y se ha integrado en
nosotros, la borra como si fueran archivos basura, así que, aunque nos
hayan contado la verdad más verdad sobre nuestra existencia en la Tierra
como seres humanos, en muchos casos habrá durado en la psique lo que
dura el tiempo que pasamos a leer otra cosa, y luego desaparece y se
borra por procesos automáticos de limpieza una vez, la mente consciente,
se ha olvidado de ella.
De esta manera, solo se
fomenta el conocimiento de muchos datos que solo sirven de forma
temporal (aprender las capitales de todos los países de memoria, por
ejemplo), mientras que se bloquea que se conozca lo que realmente es
importante para facilitarnos la desconexión del sistema de control en el
planeta.
Más fácil trabajar con nuestro ser
Una
vez desprogramada esta rutina, si en algún momento uno se ve enfrentado
a algo que va en contra de su programación actual, podrá también
aceptarlo y no rechazarlo de forma automática, al menos no sin poder
analizar si es algo que le conviene mantener y procesar o no. Esto
produce ventanas de oportunidad para que nuestro Yo Superior pueda
entonces imbuir en nosotros destellos de la realidad desde su visión, la
visión de la “divinidad” en cada uno, la visión de cómo es la realidad
desde el punto de vista del ser, y entonces, la personalidad, tiene
acceso a otro nivel del juego, porque tiene acceso, aunque sea temporal y
a ráfagas al principio, a comprender las reglas que rigen el mundo en
el que nos movemos, ya que no hemos eliminado ni desechado
automáticamente aquello que, anteriormente, nos impidió hacerlo, por
mucho que nos lo hubieran dicho, mostrado o repetido.
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